Hace unos días, en el Retiro de Cuaresma celebrado en nuestro colegio, el capellán José Antonio Jiménez Cabello realizó una interesante plática sobre la celebración litúrgica de la Semana Santa.
En este artículo intentaré compartir con vosotros y vosotras lo más destacado de lo que nuestro capellán nos habló referente al Triduo Pascual.
Resaltó que el Triduo Pascual comienza el Jueves Santo por la tarde con la misa de la Cena del Señor, continúa el Viernes Santo con la celebración de la Pasión y el Sábado por la noche alcanza su punto más alto con la Vigilia Pascual, terminando con las oraciones de la tarde el Domingo de Resurrección.
Durante estos tres días la Iglesia recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, que son los momentos más importantes del año de nuestra Iglesia.
Jueves Santo: Celebración de la Cena del Señor
El Jueves Santo recordamos la Última Cena y que Jesús se ofreció a sí mismo en la Eucaristía. Recordamos que Jesús escogió a los apóstoles para servir y dirigir la Iglesia. Para recordar que Jesús lavó los pies de los apóstoles en la última cena, el sacerdote lava los pies de los miembros de la comunidad. El Jueves Santo es un día especial para los sacerdotes porque ese día se instituyó la ordenación sacerdotal.
La misa de la Cena del Señor es una celebración hermosa y llena de gozo. Durante el canto del Gloria, se tocan las campanas de la iglesia que permanecerán en silencio hasta la Vigilia Pascual, el Sábado de Gloria en la noche.
El Jueves Santo es la fiesta del Santísimo Sacramento, por esa razón la Eucaristía se lleva en procesión, después de la misa, a un altar preparado para la ocasión. Entonces el altar principal se limpia.
Viernes Santo: Recordamos la Muerte de Jesús
El Viernes Santo recordamos la Muerte de Jesús. De acuerdo a una costumbre antigua, no se celebra misa ese día o antes de la Vigilia Pascual.
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Sábado de Gloria: Celebración de la Vigilia Pascual
El Sábado de Gloria la Iglesia medita en el sufrimiento y la muerte de Jesús. Después se reúne para celebrar la Vigilia Pascual. La celebración de la Vigilia puede tener lugar a media noche.
La Vigilia Pascual tiene cuatro partes: el servicio de la luz, la Liturgia de la Palabra, la Liturgia del Bautismo y la Liturgia de la Eucaristía.
Durante el servicio de la luz, todas las luces de la iglesia se apagan y se prepara un fuego fuera de la iglesia. El fuego se bendice y se enciende el cirio pascual. El cirio se lleva a la iglesia. Este es el signo de Cristo, la Luz del Mundo quien ha vencido la oscuridad del pecado y la muerte. El cirio encendido es la única luz. Después miembros de la congregación encienden velas con el fuego del cirio.
La luz del cirio y de esas velas ofrecen la única iluminación durante el resto de la liturgia. Esta sección concluye cantando el Pregón Pascual, el Exsultet.
Durante la Liturgia de la Palabra, la historia del gran amor de Dios por nosotros es proclamada en lecturas del Antiguo Testamento, del cual se leen siete textos. Es preferible que se lean los siete textos, el número de lecturas puede reducirse si las circunstancias lo requieren. Sin embargo, tres lecturas deben ser proclamadas. Lo menos que se deben proclamar son dos. Las lecturas recuerdan los grandes eventos de la salvación para disponer al pueblo a celebrar los sacramentos de iniciación cristiana con gran fe, empezando con la creación misma.
Durante la Liturgia del Bautismo los que han sido preparados para recibir el Bautismo y los padrinos son llamados al frente. El sacerdote y los ministros van a la pila bautismal, si puede ser vista por la congregación. Si no, una jarra con agua se coloca en el altar. Después que los candidatos son bautizados los presentes se ponen de pie y encienden sus velas y renuevan sus promesas bautismales como señal de que ellos comparten la nueva vida de Jesús por medio de su resurrección. Los nuevos bautizados y confirmados esperan para compartir la Eucaristía.
La Vigilia Pascual concluye con la Celebración de la Eucaristía. Es un gozoso compartir en la comida y sacrificio de Jesucristo. Resucitado Señor y Salvador.
Espero que estas palabras os puedan servir para encontrar el verdadero sentido de nuestra Semana Santa. Recuerda:
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